
Muchos tendrán la idea de
que Roger Federer vive por y para el tenis, que sus días transcurren dentro de
las canchas de los lugares que suele visitar. Pocos podrían imaginarse al
suizo, en cortos, y sin una raqueta en su mano.
Sin embargo, el hoy
considerado 'mejor tenista de la historia del deporte blanco' tiene gustos
comunes y corrientes, que rompen con los paradigmas de lo que se llegaría a
pensar es su única pasión: el tenis.
Tan exacto como los relojes
que se producen en su país es la puntualidad que caracteriza a Federer. Desde
muy niño sus padres, Lynette y Robert, ella sudafricana y él suizo, le
inculcaron esta cualidad, que ha sido, según él mismo "vital en su diario
vivir".
Roger prefiere el entorno campestre al
ejecutivo....